Aspectos a conocer sobre el estrés y la salud.
- Natalia sanchez
- 4 abr 2022
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 7 abr 2022
El estrés es una de las palabras mas utilizadas en la actualidad, somos muchos los que en el día a día estamos expuestos a las demandas familiares, laborales, de pareja, profesionales, etc. Ahora bien, solemos pensar que el estrés siempre tiene una concepción negativa, pero no siempre es así, llamado euestrés el cual es saludable y desafiante el cual es bien tolerado por el cuerpo, usado para vencer el estado de letargia (Razali, 2008). Y el disestrés, que denota una experiencia con un contenido emocional negativo que provoca confusión, baja concentración y ansiedad en el organismo, siendo pues perjudicial para la persona (revisado en Molina-Jiménez, GutiérrezGarcía, Hernández-Domínguez y Contreras, 2008).
Se preguntaran, qué pasa con nuestro cuerpo cuando nos estresamos?, el organismo reacciona mediante un aumento en la actividad del Sistema Nervioso Simpático (SNS; aumento de la tasa cardíaca, presión sanguínea, aumento en la respiración, etc.), así como un aumento en la liberación de ciertos neurotransmisores (catecolaminas, serotonina, neuropéptidos, etc.). Esta respuesta que se desencadena en el organismo es necesaria para la supervivencia del individuo y, por tanto, es una respuesta adaptativa (Rosales, 2014).
Por ejemplo, si vamos por la calle, y vemos que un perro nos va morder, reaccionamos evitando la calle, corremos o nos activamos para defendernos. Es allí cuando el Sistema Nervioso Central se activa, enviando una señal de alarma. Esta reacción es absolutamente normal y nos permite defendernos o evitar los peligros, para la supervivencia. Pero bien qué pasa cuando tenemos una sobreactivación del Sistema Nervioso Central?, En este caso estaríamos sobre produciendo neurotransmisores, puede tener graves consecuencias en el organismo, y éste puede acabar desarrollando ciertas enfermedades y trastornos.
Es el caso de la sobreproducción del cortisol por los efectos del estrés, se eleva la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea y los niveles de glucosa en sangre; cuya elevación crónica puede tener efectos dañinos sobre el organismo. De igual manera una activación prolongada del eje Hipotálamo Hipófisis Adrenal supone un riesgo para la salud del individuo, dado que puede dar lugar al desarrollo de determinadas patologías, como por ejemplo: síndrome de Cushing, estrés crónico, trastorno de pánico, diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipertiroidismo, trastorno obsesivo compulsivo, alcoholismo y depresión, entre otros. Por el contrario, entre las condiciones en las que se encuentra una actividad disminuida del eje HHA destacan: fibromialgia, hipotiroidismo, artritis reumatoide, etc. (Chrousos, 2009)
Como podemos evidenciar, la intensidad y la frecuencia del estrés negativo puede afectar seriamente nuestra salud, por está razón es que la ciencia del comportamiento humano ha estudiado todos los factores que pueden hacernos mas vulnerables al estrés y por lo tanto a las enfermedades. Un ejemplo de ello es el estudio de Gatchel y Weisberg (2000. C.p García, 2015) quienes sostienen que la vivencia del dolor en pacientes con Fibromialgia dependerá de las características de personalidad; aquellos que lo viven con tensión emocional, ansiedad y depresión suelen vivirlo con mayor intensidad y normalmente no responden al tratamiento farmacológico; por el contrario, quienes poseen conductas adaptativas positivas, como la creencia en sus posibilidades para superarlo, experimentan niveles más bajos. Las características de la personalidad pueden actuar sobre el estrés de distintas formas: incrementando el encuentro con un mayor número de situaciones potencialmente estresantes, determinando la forma de cómo se perciben y valoran las situaciones, agravando, o suavizando, determinando la percepción habitual de control y de recursos que las personas tienen y contribuyendo a la selección de las estrategias de afrontamiento que se ponen en marcha en respuesta a la situación de estrés percibido.
La hipertensión es una enfermedad muy común en la sociedad actual, muchas veces solo cuidamos los aspectos fisiológicos pero nos olvidamos de los factores psicológicos, es importante reconsiderar estos últimos para un adecuado control no sólo de la hipertensión arterial sino de muchas otras enfermedades. Sanz y colaboradores (2010) estudiaron sobre diferencias en personalidad y estrés en los pacientes con hipertensión controlada y no controlada. Los resultados revelaron que apartando los factores no psicológicos que causan el pobre control de la hipertensión, hallaron la asociación positiva entre: la impulsividad, la depresión, el inadecuado control de la ira, el estrés y el no control de la hipertensión. Esto lleva a la conclusión de que diferentes características de personalidad pueden influenciar no solo en la mejora o empeoramiento de los síntomas de una enfermedad crónica, sino también en la capacidad de la persona a seguir un tratamiento farmacológico.
Ahora bien, son numerosas las investigaciones sobre la relación de personalidad y la obesidad. Sutin y colaboradores (2012), demostraron con sus resultados que las personas con alto neuroticismo o extraversión o baja escrupulosidad tienden a tener mayor índice de masa corporal. También que la impulsividad se asocia positivamente con el aumento de peso ya que los sujetos tienen menor control de impulsos. Además se observó que la amabilidad e impulsividad son predictores del aumento del índice de masa corporal. Esta investigación demuestra como las características de la personalidad pueden influenciar en la salud de las personas, así como explica Dresch (2006) señalando que las características de personalidad tales como expansión, extraversión, sociabilidad, responsabilidad y decisión están asociado positivamente con la buena salud, mientras que los rasgos de personalidad tales como preservación, adecuación, introversión, indecisión, discrepancia, sumisión y descontento se asocian con la mala salud.
En relación a los trastornos psicológicos, se ha encontrado una relación entre el estrés y la depresión y el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Kasala et al., (2014) realizó una investigación en la que obtuvo la siguiente conclusión: a) los individuos que son propensos a desarrollar un trastorno de depresión tienen una mayor incidencia de estrés nocivo del esperado que en otros individuos, b) las hormonas y cambios en el comportamiento inducidos por estrés agudo son muy similares a la sintomatología de la depresión y d) el hipercortisolismo (elevados niveles de cortisol) es una característica consistente del trastorno de DM, al igual que se ha observado en el estrés persistente. La depresión es, además, un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Por otra parte, cabe hacer referencia a los pacientes que padecen TEPT, quienes son descritos como personas que han estado expuestas a acontecimientos extremadamente estresantes tales como guerras, desastres naturales (terremotos e inundaciones), violaciones (tanto en la infancia como en la edad adulta) y accidentes automovilísticos, entre otros. Las personas que sufren este trastorno, experimentan recuerdos intrusivos (pesadillas, flashbacks), hipervigilancia, respuestas fisiológicas exageradas cuando recuerdan el evento traumático, reacciones de evitación, sentimientos de culpabilidad y una fuerte restricción social (Rosales, 2014).
Los conocimientos en el ámbito de la ciencia de la salud están evolucionando constantemente, en la actualidad la tendencia es no solo enfocar la parte biomédica sino también darle mucho más énfasis a los aspectos psicológicos. Estas investigaciones nos permiten confirmar el impacto de los factores psicológicos sobre la salud mental y física, encontrando las relaciones existentes entre los componentes cognitivos, conductuales y emocionales en la salud y la enfermedad.
Qué podemos hacer para reducir el estrés y proteger nuestra salud?
1) Llevar a cabo hábitos saludables (alimentación balanceada, ejercicio físico, evitar el uso de drogas, fomentar actividades de uso constructivo del tiempo libre, entre otras).
2) Practicar la técnica de relajación de Jacobson, la cual puedes encontrarla en la pagina de inicio de este blog y en Spotify (Psiquefectiva).
3) Llevar un diario de pensamientos y emociones, que nos permita identificar y reflexionar sobre lo que pienso y lo que siento.
4) Practicar e integrar en la cotidianidad la conciencia y la aceptación sin prejuicios de la propia experiencia del momento.
5) Utilizar las técnicas de respiración profunda.
6) Solicitar asistencia de un profesional de la salud mental, que te permita utilizar otras estrategias para la autorregulación del estrés tales como: reestructuración cognitiva, inoculación de estrés, entre otras.

Referencias
- Molina-Jiménez, T., Gutiérrez-García. A.G., Hernández-Domínguez, L., Contreras, C.M. (2008) Estrés psicosocial: Algunos aspectos clínicos y experimentales. Anales de Psicología, 24 (2): 353-360.
- Dresch, V. (2006) Relaciones entre personalidad y salud física-psicológica: diferencias según sexo-genero, situación laboral y cultura-nación. Universidad Complutense de Madrid. Madrid España. Recuperado de: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/44027/1/173749.pdf
-García, M. (2015). Rasgos de personalidad, estrategias de afrontamiento e impacto en la calidad de vida en mujeres con Fibromialgia. Universidad Pontifica de Madrid. Tesis para optar a Licenciatura en Psicología. Recuperada de: https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/1087/TFM000132.pdf?sequence=1
-Molina-Jiménez, T., Gutiérrez-García. A.G., Hernández-Domínguez, L., Contreras, C.M. (2008) Estrés psicosocial: Algunos aspectos clínicos y experimentales. Anales de Psicología, 24 (2): 353-360.
- Kasala, E.R., Bodduluru, L.N., Maneti, Y., Thipparaboina, R. (2014) Effect of meditation on neurophysiological changes in stress mediated depression. Complementary Therapies in Clinical Practice, 20: 74-80.
-Sanz, J., García, M., Espinosa, R., Fortún, M. y Magán, I. (2010) Psychological factors associated with poor hypertension control: differences in personality and stress between patients with controlled and uncontrolled hypertension. PsychologicalReports. Vol. 107 (3) 923-938. Recuperado de: http://prx.sagepub.com/content/107/3/923.full.pdf+html
-Sutin, A., Ferrucci, L., Zonderman, A. y Terracciano, A (2012) Personality and Obesity across the Adult Lifespan. Journal of Personality and Social Psychology. 101(3): 579–592. doi:10.1037/a0024286.Recuperado de: file:///C:/Users/Anderson/Downloads/PDF%20datastream.pdf
- Razali, M. (2008) Life event, stress and illness. Malaysian Journal of Medical Sciences, 15 (4): 9-18.
- Rosaura Rosales Fernández (2014). Estrés y salud. FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LAS EDUCACIÓN UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: https://tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/952/1/TFG_RosalesFern%c3%a1ndez,Rosaura.pdf
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