El camino a la toma de decisiones.
- Natalia sanchez
- 5 may 2022
- 3 Min. de lectura
Durante la vida son numerosas las situaciones que nos conducen a la toma de decisiones, algunas de ellas más difíciles de asumir que otras, posiblemente por la carga emocional que conlleva. Y es allí, cuando nuestro pensamiento nos lleva en la dirección “ la vida es complicada”. En ese momento, quizás podemos experimentar que la “cosa va mal” y sea grato o no, es entonces la oportunidad de buscar una solución al problema. Que requiere no solo de plantear adecuadamente las alternativas, sino también de asumir las responsabilidades frente a la situación, que a todas luces tiene un grado de incertidumbre.
Por ejemplo: cambiar de trabajo, hacer una mudanza, migrar, terminar una relación poco saludable y hasta poner limites personales. Estas situaciones son solo alguno de los escenarios que podemos enfrentar en nuestra vida y todos traen consigo una carga emocional, Chopra (2013) menciona que ante una crisis personal millones de personas tienen pensamientos rumiativos de manera constante sobre preguntas que deberían evitar de tener en su cabeza, algunas de ellas son: eso no me va pasar a mi? Cuál es el peor de los escenarios? quién tiene la culpa?. Sin duda, preguntas que no facilitan la resolución del conflicto sino las conductas impulsivas y la desesperación.
Ornar Aktouf (cirado por Cabeza et al, 2004) define la decisión como el proceso por el cual se llega a una opción, pero una opción supuestamente aclarada, informada y motivada. Se trata de elegir entre varias formas posibles de actuar con miras a lograr una meta, en condiciones y circunstancias dadas. Este proceso implica una serie de actos parciales y secuenciales que conducirán al decisor a la toma de conciencia de la necesidad de elegir, hasta seleccionar una solución entre las más adecuadas, tomando en cuenta la situación, y pasando por la recolección y el procesamiento de toda la información necesaria.
Existen muchos tipos de decisiones (de rutina, adaptativas e innovadoras), pero es importante reconocer que sea cual sea implica un grado de riesgo e incertidumbre, esto explica la razón por la cual nuestro cerebro emocional se enciende y adormece al cerebro racional que requerimos en estos casos. Es allí donde este articulo quiere brindarle a mis lectores algunas recomendaciones que le faciliten una solución efectiva:
Toda solución (acertada o no) genera un aprendizaje, potenciando los recursos los recursos disponibles para hacer frente a cada panorama que se le presente en la vida. Es como ir acumulando habilidades y estrategias que se traducen en experiencia. Todos en algún momento hemos tomado malas decisiones y el camino mas común es la autocrítica desmesurada, que lejos de sumar al reconocimiento del error y la extracción del aprendizaje, se convierte en el mayor de los castigos. Y de esta manera programamos a nuestro cerebro, a la desconfianza “sera que no soy capaz?”. Es por eso que encerrarse en juzgar y la punición.
Definir adecuadamente el problema, para ello es importante distanciarte temporalmente del problema, para restar esa carga emocional que en ocasiones no facilita el proceso. Una vez, sientas claridad en tus pensamientos y una paralización de los rumiativos, entonces manos a la obra. Todo problema tiene un contexto y sus especificidades.
Al momento de hacer una pausa para reflexionar puedes consultar a las personas que son de tu máxima confianza, la mayoría de los problemas no se resuelven el soledad.
Diseñar un plan de acción y visualizarlo, esto va reduciendo paulatinamente la incertidumbre. Para ello, le planteo el siguiente ejercicio, escriba en una hoja todas las alternativas que usted piensa son útiles para la solución, cuales puedes esperar y cuales no son útiles. Este ejercicio permite que usted identifique con mayor claridad las alternativas para solucionar el problema.
Identificar los riesgos y las amenazas, recuerde que en ocasiones nuestra mayor amenaza somos nosotros mismos, por ello es fundamental que reconozca sus emociones y pensamientos.
Identifica las oportunidades que te brinda este conflicto, esto facilita la conducta productiva que se requiere para hacer frente a una situación difícil.
Potencia la intención y la voluntad de crecer y aceptar las situaciones de tu vida, sin desvalorizarte ni sobrecargar a los otros culpabilizando.
Y recordar siempre, que la salud mental debe ser una prioridad.

Referencias
Chopra, D. (2013). El fabuloso poder de nuestro cerebro. Editorial GuyTrédaniel.
Cabeza, Leonor, Muñoz, Alberto Elías, Vivero, Sandra Milena Aproximación al proceso de toma de decisiones en la empresa barranquillera. Pensamiento & Gestión [en linea]. 2004, (17), 1-38[fecha de Consulta 5 de Mayo de 2022]. ISSN: 1657-6276. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64601701
Comentarios