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Un viaje a la mente: con un acercamiento desde lo cultural.

El artículo propone una interpretación sobre “el acceder al mundo de las personas”, es decir la mente, intentando comprender de manera holística la realidad del “otro”.


Entendiendo, según Vizer (2008) que las realidades humanas son complejas y cambiantes, construidas por los hombres, quienes le atribuyen sentido y valor a sus acciones, las cuales no son aleatorias ni predeterminadas, ya que la propia cultura produce los códigos que regulan las creencias y las prácticas que hacen posible la vida en sociedad.


Al intentar comprender la realidad del otro, como actor social, debemos acercarnos a su cultura, es decir las creencias y el lenguaje. De acuerdo a Vizer (2008) son los individuos en sus interacciones mutuas, los que articulan las relaciones que instituyen una realidad, y recrean los contextos sociales; es decir las acciones con creencias, significados, sentidos y certezas. Siendo esto el triángulo clásico la realidad de los individuos: cultura, individuo y sociedad.

La mente y la cultura:

La cultura se concibe como algo heterogéneo, inestable, cambiante, dinámico y describible en términos locales sólo accesibles mediante aproximaciones cualitativas. Por lo tanto los investigadores sociales deben plantearse aproximaciones a la mente, dejando a un lado el establecimiento de los modelos causales-lineales, que asumen la uniformidad de la naturaleza, desafiando la importancia del subjetivismo para la comprensión de la realidad humana (Palomares, 2008).


Entonces, se podría considerar ¿Qué la mente solo puede acceder cualitativamente, entiéndola sobre un componente subjetivo?. La subjetividad es un tema que ha generado controversias en la psicología, dada la pluralidad de concepciones que se le atañan y la dificultad de enmarcarla en lo tangible y mensurable, desde una concepción post-positivista.


Por ejemplo, Freud (1930,c.p Vizar, 2008) en el campo del psicoanálisis introdujo el término de “realidad subjetiva”, dentro del marco de la objetivación y ontologización del orden de lo irracional. El presente trabajo asumirá como definición de subjetividad la planteada por Palomares (2008), entendida:

“como el conjunto de significados locales, estados mentales, los procesos de interpretación del mundo social y la capacidad de decisión la que hay que tratar de documentar para comprender las acciones y, por tanto, la relación entre la mente y la cultura” (p.147).


Gramsci (1986) explica que los subjetivistas sostienen que sin la actividad mental, el cuerpo no existiría como tal. El término “mente”de acuerdo a Geertz (1999) no se utilizó como concepto científico, sino como expediente retórico del subjetivismo, intentando acercarla al objetivismo mediante la relación con la “ conducta”, es decir, la reacción del organismo como un todo.


Geertz (1999), argumento que la mente “es la capacidad y aptitud para realizar las acciones y producir cierta clase de productos”(p.63). Para este autor la mente y el pensamiento es concebido como algo público, externo a los individuos y por ello susceptible de ser analizado, ya que utiliza símbolos significativos y de esta manera se puede describir y analizar las estructuras significativas de la experiencia.


La concepción del aspecto público de la mente, a través del lenguaje de acuerdo a Geertz (1999) da una mirada al abordaje objetivo de la misma, al poder registrar frecuencias e intensidades de las expresiones de las personas. Por tanto, la mente es representada por componentes subjetivos que pueden ser medidos y de esta manera facilitar la comprensión de la realidad.


La mente y el lenguaje:

En base a lo planteado por Geertz (1999) la mente logra entenderse desde aquello que puede ser analizado o comprendido, mediante la función simbólica del lenguaje, principal método de objetivación en las ciencias sociales. Los símbolos del lenguaje pueden ser cualquier tipo de objeto, acto, acontecimiento o cualidad que sirva para vincular ideas o significados. Entendiéndolos como fuentes de información externa (extrapersonal) que los humanos usan para organizar su experiencia y sus relaciones sociales, siendo modelos de la realidad (interpretaciones y representaciones de la realidad) y modelos para la realidad.


El lenguaje es expresión de la racionalidad que tiene la persona acerca del mundo, inherentemente un producto del intercambio humano. No puede haber un “lenguaje privado”(Wittgenstein, c.p Gergen s/f). De acuerdo con Locke (1930, c.p

Gergen (s/f), las palabras del lenguaje son los signos de las concepciones internas, presentados como las marcas externas de las idea de la mente, mediante las cuales se pueden dar a conocer a los otros. De la misma forma, los científicos, utilizan el lenguaje (incluido el lenguaje numérico) como el medio principal para transmitir la información y a nuestra cultura acerca de los resultados de nuestras observaciones y nuestro pensamiento.


De esta manera, el lenguaje verbal y no verbal, facilita una compresión de la mente (vista dentro de un marco subjetivo) de la realidad del actor social, mediante los registros de la acción, las cuales están inmersas en esquemas culturales específicos, ya que las creencias se manifiestan en el lenguaje, dando un sentido a las interpretaciones de las respuestas dadas por el “otro”.


El acercamiento a la realidad planteado en este ensayo, es estudiado por la etnografía, siendo un marco que permite incorporar ciertas posturas teóricas; epistemológicas, ontológicas y metodológicas para el estudio del desarrollo humano y, especialmente, a las relaciones entre mente y cultura. Permitiendo la investigación de a la vida cotidiana, teniendo un acceso más cercano a los significados, formas de vida y utilizando nuevas fuentes de datos que favorezcan narraciones más completas de esa vida cotidiana (Nivón y Rosas, 1991).


Según Gergen (s/f) la ciencia social, puede ser fructíferamente vista como un extenso sistema de comunicaciones, en la ejecución de la investigación el científico recibe mensajes transmitidos por el sujeto, y las teorías científicas sirven como dispositivos decodificadores que convierten dicho sonido en información útil. El investigador social que estudia la mente humana, cuenta con capacidades de observación y racionalidad para predecir y controlar la actividad humana, a través de la revelación de los mecanismos o esquemas cognitivos, e l almacenamiento y recuperación de información, las emociones, entre otros.


Estos procesos psicológicos del “otro”, puede ser comprendida desde las distintas teorías psicológicas, por ejemplo desde el conductismo (considerado un enfoque positivista) podría indicarnos como la mente refleja las emociones de los seres humanos. Según Palmero, Fernández, Martínez y Chóliz (2002), inicialmente Watson (1945) manifestaba que las emociones son reacciones corporales a estímulos específicos, cuyo elemento subjetivo (caja negra) apenas carece de valor, proponiendo la existencia de tres tipos de estímulos incondicionados (EI) que generarían respuestas incondicionadas (RI) con cualidad emocional.


En la actualidad, el estudio de las emociones humanas basado en el procesamiento de la información, establece la analogía de la mente con las emociones, comprendida mediante el uso del lenguaje (aspectos lingüísticos y paralingüísticos), y de tecnologías (emisión de positrones), que le dan una mirada empírica al abordaje de mente humana.

Para concluir, los planteamientos de Gramsci (1986), son cónsonos con nuestra propuesta, reconociendo la existencia de una materialidad en el mundo real, pero a la vez referida a sujetos históricos: “El hombre es el que conoce, pero en ese proceso el conocimiento se transforma en “objetivo”en cuanto que es un conocimiento real para todo el género humano unificado en un sistema cultural unitario”(p. 276).


Es decir, para acercarnos a la comprensión de la mente humana debemos considerar la importancia de la cultura como un modulador de los pensamientos, que manifiestan las personas (“otros”) a través del lenguaje, permitiendo entender como el sujeto se percibe a sí mismo y al mundo. Y tal como menciona Wittgenstein (1032, c.p Gergen s/f) el lenguaje gana su significado dentro de formas continuas de interacción, dentro de “juegos del lenguaje”, los cuales se dan en sociedad, enmarcados en una cultura.



Referencias

Geertz,C. (1999). Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Editorial Paidos. España.

Gergen, K. (s/f). Construccionismo social, aportes para el debate y la práctica. Bogotá, Universidad de los Andes.

Gramsci, A. (1986). Cuadernos de la cárcel. Editorial Era, México.

Nivón, E y Rosas, A. (1991). Para interpretar a Clifford Geertz. Símbolos y metáforas en el análisis de la cultura. Revista Alternidades.

Palmero, F. Fernández, E. Martínez, F y Chóliz, M. (2004). Psicología de la motivación y emoción. Editorial Mc Graw Hill. España, Madrid.

Palomares, M. (2008). La investigación etnográfica en psicología evolutiva. Revista de la historia de la psicología, Vol n°26. Universidad Autónoma de Madrid, España.

Vizer, E. (2008). La trama invisible de la vida social: comunicación, sentido y realidad. Universidad de Buenos Aires, Argentina.

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