La importancia del apoyo social para el afrontamiento del estrés.
- Natalia sanchez
- 17 mar 2022
- 3 Min. de lectura
En la cotidianidad, los pequeños o grandes estresores se han normalizado y por ende, se han atribuido como parte de nuestras vidas, sin identificar los recursos psicológicos que tenemos para minimizarlo. El «darnos cuenta» facilitaría la posibilidad de prevenir enfermedades físicas y mentales, con el adecuado manejo de nuestras emociones frente a los desafíos.
Uno de esos recursos psicológicos para hacer frente al estrés es el apoyo social, que no se ha visto afectado producto del confinamiento o aislamiento social con la llegada del Covid-19. Ya que la posibilidad de establecer relaciones sociales mediante el uso de la tecnología se ha convertido en la «nueva normalidad». Cubriendo las demandas individuales que se ha extendido hasta el mundo laboral con el teletrabajo.
Por tal razón los invito a continuar con la lectura de este artículo, que nos permitirá comprender desde la teoría de las ciencias del comportamiento humano, la importancia del apoyo social frente a las exigencias del medio ambiente.
De acuerdo a Pelechano (2000), el apoyo social es una variable amortiguadora del estrés ampliamente estudiada, que ha sido de difícil conceptualización dada su complejidad. Para ello, dicho autor considera pertinente establecer una categoría de gran utilidad para su investigación y por ende su medición, con instrumentos que cumplan las condiciones de confiabilidad y validez que faciliten la comprensión y aproximación de la misma. Entre ellas están:
Redes sociales: corresponde a los lazos o contactos sociales establecidos en grupos de referencia, en la cual se toma en cuenta el tamaño y la densidad del grupo, la calidad y/o reciprocidad. Que desde mi perspectiva esta propuesta apunta a la importancia de los beneficios en intensidad y magnitud de estas redes sobre la disponibilidad potencial del apoyo. Encontrando en contraposición el aislamiento social, por tanto contar con redes sociales desde el punto de vista estructural, resulta funcionalmente optimo para el mantenimiento de la salud.
De acuerdo a esto, Fernández (2005) plantea que una red social efectiva, requiere que las personas/nodos que formen parte de la red, tengan la habilidad, conocimiento y motivación suficiente para proveer soporte, de lo cual se sigue que no todos los nodos serían “operativos” para la provisión del mismo.
Las relaciones sociales: se define como la existencia, cantidad y tipos de relaciones disponibles. De acuerdo a mi visión dichas relaciones, puede ser comprendido como un factor protector y proveedor de salud, puesto que podría ser traducido como la integración social.
Apoyos sociales específicos: se refiere a los recursos reales ofrecidos por los demás. Siendo desde mi análisis un elemento instrumental donde la persona percibe el apoyo de su contexto.
Estos aportes, dentro del conocimiento del estrés facilita que las personas identifiquemos los recursos externos que tenemos disponibles para afrontar con éxito las situaciones y/o eventos que desencadenen ansiedad y/o estrés.
Dentro de esta misma línea existen medidas sociales las cuales están compuestas por:
Estructurales: Se dirigen a determinar la existencia de lazos sociales y conexiones entre ellos. De acuerdo a lo observado, este nivel de medición coincide con la categoría de redes sociales.
Funcionales: que se dirige a la utilidad en sí misma. Es la provisión de apoyo instrumental y/o emocional, consejo o información; caracterizando o no un nivel de satisfacción. Siendo este tipo de medición asociado con la categoría de apoyo social específico.
Otro aspecto a considerar es la personalidad. Es decir esta modulado por las características personales de los sujetos que ofrecen y las que reciben apoyo social.
De acuerdo a Pérez y Marín (1999), esta tercera variable se define como una competencia relacional, siendo un conjunto de características de personalidad y comportamentales que facilitan la adquisición, desarrollo y mantenimiento de relaciones mutuamente satisfactorias. Influyendo en el apoyo social de cuatro maneras:
1. En la génesis y elaboración de las relaciones (extraversión, sociabilidad, asertividad).
2. En el desarrollo y mantenimiento de las relaciones (estabilidad emocional, cooperación, empatía y sensibilidad).
3. En la conceptualización de las relaciones (autoestima, afectividad positiva o negativa).
4. En el empleo de las relaciones para propósitos de apoyo social y la habilidad para movilizar los sistemas de apoyo.
En resumen, la socialización es inherente al ser humano y por ello el conocer sus beneficios sobre nuestra salud es importante para hacer conciencia plena de nuestras emociones, pensamientos y conductas en el día a día.
Referencias. Fernández, F. (2005). Redes sociales, apoyo social y salud. Revista de investigación en antropología. Recuperado de la web: https://ddd.uab.cat/pub/periferia/18858996n3/18858996n3a4.pdf Peréz, J y Marín, F. (1999). El apoyo social. Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo. Recuperado de la web: http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/NTP/Ficheros/401a500/ntp_439.pdf Pelechano, V. (2008). Enfermedades crónicas y Psicología. Ediciones Klinik.
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