Vivir el presente
- Natalia sanchez
- 9 jun 2022
- 2 Min. de lectura
A nosotros se nos hace difícil vivir en el tiempo presente, normalmente nuestra mente esta sujeta al pasado o nos anticipamos al futuro, como si pensando en ello pudiéramos acelerar el pasar de las agujas del reloj.
Cuantos de nosotros invertimos minutos y hasta horas, rumiando sobre un evento que me hizo sentir en malestar o en el miedo que me puede dar un evento en el futuro. Pareciera que estamos haciendo una carrera con el tiempo, restando espacios para VIVIR el momento presente.
Una de las causas de está dificultad es nuestra cultura occidental, que nos marca un ritmo diario en piloto automático es sin duda agotador, estimulando la preocupación por “estar perdiendo mi tiempo” y esto entonces, se convierte en una cadena de pensamientos rumiativos que se alejan del placer y por supuesto del bienestar.
Ahora bien, si yo los invito hoy a disfrutar del instante presente contemplando la inacción…¿qué pensaría usted? “Yo no puedo estar inactivo”, “es una pérdida de tiempo”, “yo no sé no hacer nada”, “eso de estar inactivo me genera mas ansiedad”, etc…..
Pero hoy les traigo la siguiente reflexión, todos en nuestra mente creemos en la importancia de estar siempre mejor, en pocas palabras, de evolucionar o transformar el ahora en algo mucho mejor. Y para lograr este objetivo o propósito los invito a que empecemos a modificar algunas de esas creencias sobre el “tiempo” en esta obsesión por manejar y dirigir el tiempo y concentrarnos en los beneficios de contemplar el momento presente, es decir: de la escucha o como ya les he mencionado de la autoescuela, identificar esos ruidos de mi mente frente a los desafíos que hoy enfrento, observar con atención el espacio que habitas y las personas con las que convives, recordar tus placeres, expandir la curiosidad de tu calma, etc.
Entonces, es así como empezamos a coquetear con el tiempo de pausa que nos conduce a vivir el presente, sin juzgar esta acción como una perdida de tiempo, sino como un maravilloso camino al cambio. Por eso, intenta algunos seguros o minutos cada día a vivir el aquí y el ahora, empecemos con suspender la actividad que estas haciendo y concentrare en la respiración, inhalando y exhalando lentamente, sintiendo el aire frío que entra por tu nariz y el aire tibio que sale de tus pulmones… Repite está respiración varias veces, hasta que logres conseguir un reposo y serenidad en tu cuerpo y mente. Un secreto: NO TE JUZGUES, deja fluir tú mente alejando de pensamientos que corrompen la calma que tanto mereces.
Todos queremos enfrentar el futuro de manera más efectiva, por ello hay que aprender a vivir en el presente bajo la consigna del orden físico y mental.

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